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Constituyen un “filtro biológico” que ya usan
algunos productores agrícolas. Ahora, combina la acción de microorganismos y
lombrices para degradar los residuos de la fabricación de fitosanitarios
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Red
Surcos, la principal empresa del sector de capitales argentinos, puso en marcha
un trabajo en ese sentido en su planta de Recreo, Santa Fe, con especialistas
de la Universidad Nacional del Litoral y del Conicet.
Buenos Aires, 22 de octubre de 2019–Utilizar las Buenas Prácticas
Agrícolas (BPA) en el manejo de los fitosanitarios debe ser una cuestión
fundamental para los productores, pero también debe serlo para las empresas
proveedoras de estos insumos, y desde el comienzo mismo del proceso de
elaboración.
Lo es para Red Surcos, la principal compañía de agroquímicos de
capital nacional, que, en su planta de producción de Recreo, Santa Fe, está
utilizando un novedoso sistema de “camas biológicas”, en un desarrollo conjunto
con la Universidad Nacionald del Litoral (UNL), para reciclar los residuos de
la fabricación.
Este proceso, amigable con el medio ambiente, consiste en que la
cama actúe como un filtro biológico para remover y degradar restos presentes en
las aguas residuales, combinando la acción de microorganismos y lombrices de
tierra.
“Estamos en una etapa inicial del proyecto.
Ya
instalamos tres contenedores dentro el predio de la fábrica, con distintos tipos
de camas, hechas a base de tierra de los suelos de la zona, hojas de casuarina,
cáscara de arroz y cama de pollo, más las lombrices”, introduce Sebastián Uñates, gerente industrial de Red Surcos.
El experto cuenta que las lombrices actúan como pequeños
biodigestores, ya que consumen los sólidos retenidos en la cama biológica y los
transforman en su tracto digestivo. “Además, excavan galerías en el suelo, por
las que puede circular el oxígeno, estimulando así el desarrollo microbiano”,
agrega.
Para seguir avanzando en estos desarrollos sustentables, la
compañía viene trabajando con el grupo de Tecnologías Ambientales del INTEC (un
instituto especializado que integran la UNL y el Conicet), en el que participan
la Dra. Cristina Zalazar y los investigadores Eduardo Vidal, Carolina Masín y
Maia Lescano.
Estos expertos, que adaptaron a las condiciones locales esta
tecnología de camas biológicas originalmente diseñada en Suecia, aspiran a
trasladar los beneficios que ya se están viendo en los ensayos a los campos de más
productores.
Otro desafío que se plantean es lograr generar una norma IRAM
para la confección y certificación de las camas biológicas, que garantice que
quien la haya puesto en marcha está trabajando con los más altos estándares de
sustentabilidad en el manejo de los agroquímicos.
El año pasado, Red Surcos recibió una certificación categoría
ORO de IRAM por el manejo, en línea con la sustentabilidad, de sus depósitos de
agroquímicos. Ahora, este nuevo esfuerzo de la compañía se plantea ir aun más allá.
Y todo esto se suma al eje central de la empresa como aporte a
una agricultura más sustentable: la utilización de nanotecnología en la
producción de agroquímicos, lo que permite reducir a la mitad la cantidad de
activo por hectárea, pero aumenta la bioeficacia de los productos.
Sin dudas, las camas biológicas y la
nanotecnología van en la misma dirección: lograr mayor productividad cuidando
el medio ambiente. La producción de granos debe ser cada vez más sustentable y
toda la cadena tiene una parte de responsabilidad para lograrlo.